jueves, 22 de marzo de 2007
Ejemplo de colaboración en bibliotecas públicas
Es bien sabida la diferencia existente entre aquellos bibliotecarios sin formación académica, que en ocasiones sólo poseen escasa titulación, y los licenciados. Los primeros están dotados de una experiencia de largos años cara al usuario y en la organización de una biblioteca tradicional, y los segundos, que dominan los medios digitales, manejan a la perfección los programas informáticos que emplean para la catalogación, como pueden ser Abbies, Cnice, Rebeca, entre otros, los medios audiovisuales, y multimedia.
Lo ideal sería la cooperación entre ambos en el trabajo diario, donde cada uno realice el contenido que mejor conozca. Por ejemplo en la biblioteca Infanta Elena, donde podemos encontrar un importante número de trabajadores, se reparten las tareas. Otro caso es el de la biblioteca de Alcalá, donde han abierto una segunda biblioteca totalmente coordinada con la central, en una zona de las afueras del pueblo; ambas están en continuo contacto, y tienen una serie de profesionales de la información dedicados a organizar actividades en conjunto, así como de la rotación y promoción de libros, una temporada en cada una; también llevan a cabo el préstamo con bibliotecas de otras zonas circundantes. Otras actividades, son las de cuenta cuentos, con la participación de los abuelos/as, donde ponen de manifiesto sus experiencias vividas, así como culturales o de tradiciones populares (refranes, leyendas, etc); o la bibliopiscina durante los meses de verano; las sesiones nocturnas, de lectura, musical o lectura de poemas. Todas estas actividades las llevan a cabo tanto personas cualificadas en las nuevas tecnologías, que realizan la “puesta a punto” de las actividades, como otras, más dadas a las relaciones públicas. En este modelo vemos cómo coexisten e interactúan ambos especialistas.
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