Hoy en día se hace muy presente la gran cantidad de información que inunda la red y que está a nuestro alcance. Sin embargo, no toda información tiene validez, y por ello es fundamental trazar un plan a la hora de abordarla. Hacernos preguntas a nosotros mismos nos esclarecerá cómo dar cada paso. En primer lugar debemos saber qué buscamos exactamente; centrarnos en el tema; que una palabra o frase sea el núcleo de nuestra búsqueda. En segundo lugar, localizar las fuentes adecuadas, no sólo fuentes en papel, sino todos los recursos electrónicos, como bases de datos, que a veces no tenemos en cuenta, y pueden ser de gran utilidad. En tercer lugar, evaluar la calidad de lo que encontramos, y si su autor o procedencia nos da confianza, así como evitar el plagio, y los derechos de autor. El cuarto paso sería organizar dicho contenido para utilizarlo de forma efectiva, extrayendo lo realmente importante; y por último presentarlo a los demás, de forma clara y concisa.
Estas estrategias son fundamentales sobre todo en la vida del estudiante, de manera que aprovechemos más el tiempo de cara a realizar nuestras búsquedas, y tener un resultado elaborado, exacto y que sea producto de una reflexión y una crítica hacia todo lo que llega a nuestras manos; una forma de interiorizar los contenidos y exteriorizarlos una vez trabajados y asimilados.
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